HISTORIA ECONÓMICA DE LA EDAD MODERNA

Saturday, December 09, 2006

EL UTILLAJE Y LAS TÉCNICAS DE LA AGRICULTURA DURANTE LA EDAD MODERNA
Desde la caída del Imperio romano hasta el siglo XVIII, las herramientas y los métodos usados por los campesinos para cultivar sus tierras casi no variaron. Los progresos en la productividad agrícola fueron extremadamente lentos, alternando fases de avance con otras de regresión. Durante todos esos siglos, la agricultura fue muy dependiente de los ciclos naturales y muy vulnerable a las catástrofes meteorológicas.
Entre 1600 y 1800, en Gran Bretaña primero y luego también en el resto de Europa occidental, la productividad agrícola se incrementó notablemente gracias al mejoramiento de las técnicas y métodos de cultivo, y también por la extensión de la superficie cultivada y por los cambios en las estructuras agrarias.
Al mismo tiempo se produjo un cambio de mentalidad. Hay que recordar que a mediados del siglo XVIII una escuela de pensamiento económico, los fisiócratas (Quesnay y Turgot), propagaban en sus escritos la máxima de que la tierra es la única fuente de riqueza y la agricultura es la que las multiplica. Las cuestiones agrícolas pasaron al primer plano de interés para los gobiernos y los grandes propietarios.
Este dinamismo del sector agrícola tuvo una enorme trascendencia en la Revolución Industrial posterior. Los avances en la agricultura permitieron liberar mano de obra al hacer posible que un porcentaje menor de la fuerza de trabajo alimentase al resto, quedando así el excedente disponible para dedicarse a la manufactura; además, los mayores rendimientos agrícolas incrementaron la demanda de bienes industriales, ya que la población agrícola tuvo una posibilidad mayor de gastar parte de sus salarios en artículos manufacturados.
Gran Bretaña iba a la cabeza de los cambios agrícolas. Ya en el siglo XVIII algunas personas audaces ensayaban nuevas tecnicas e innovaciones en los cultivos como:
1. Jethro Tull: estudioso inglés de la agricultura, conocido por sus innovaciones en las técnicas y equipamiento agrícolas. Tras estudiar en la Universidad de Oxford fue admitido en el ejercicio de la abogacía, pero nunca llegó a practicar el derecho. Se dedicó a la agricultura y en 1701 inventó una barrena mecánica que sembraba semillas en hileras (la sembradora), lo que permitía el cultivo entre las hileras y reducía la necesidad de escardado. El mecanismo rotatorio empleado en su invento fue la base de todos los dispositivos de siembra desarrollados después. Tull incidió en la importancia de pulverizar el suelo para que el aire y la humedad pudieran llegar hasta las raíces de las plantas en crecimiento; con este fin desarrolló una azada tirada por caballos. Sus ideas sobre la agricultura fueron incorporadas en un libro, The New Horse Houghing (Hoeing) Husbandry (La nueva agricultura de la azada de tracción animal 1731; ampliado en 1733).
2. Vizconde Charles Townshend: político británico, destacó especialmente bajo el reinado de Jorge I. Nacido en Raynham, en Norfolk, sucedió a su padre como vizconde de Townshend en 1687. Estudió en el Eton College y en la Universidad de Cambridge. Junto con su cuñado Robert Walpole, apoyó a la facción política conocida como whig, durante el reinado de Ana Estuardo, y ayudó a planear el acceso al trono de Jorge I en 1714. Como secretario de Estado del Norte (1714-1716), sofocó la rebelión jacobita de 1715. Volvió a asumir el cargo en 1720 y, desde 1724 hasta 1730, él y Walpole dominaron el gabinete. Responsable de Asuntos Exteriores, siguió una política antiaustriaca en unión con Francia y España. Después de la llegada al trono de Jorge II en 1727, estuvo implicado en la lucha de poder con Walpole, y en 1730 tuvo que renunciar. Abogó por la mejora de los métodos agrícolas y se le conoció popularmente como lord Turuip (lord Nabo), por su interés en el cultivo de esa planta.
Respecto al continente europeo, las mejoras siguieron métodos más tradicionales. Entre las mejoras que poco a poco contribuyeron a aumentar la producción agrícola destacan los sistemas de rotación de cultivos, como son el sistema de rotación trienal y el sistema de rotación cuadrienal (sistema Norfolk). Este último sistema se alternaba con legumbres nabos o patatas, lo que permitía cultivar continuadamente el suelo sin temor al agotamiento. Muchos de estos nuevos cultivos además, servían para alimentar al ganado durante el invierno con lo que el número de cabezas pudo crecer y, a su vez, el incremento del abono animal (estiércol) contribuyó a una mayor fertilidad de la tierra Esta estrecha asociación entre agricultura y ganadería es otro de los rasgos esenciales de la revolución agraria del siglo XVIII. El perfeccionamiento del arado, la irrigación, la selección y cruce de ganado para producir nuevas especies mejoradas, fueron otras importantes innovaciones.
Los nuevos cultivos y técnicas permitían poner en cultivo terrenos yermos y marginales. También los terrenos húmedos al ser desecados mediante la técnica del drenaje. Con ello aumentó considerablemente la extensión de las tierras de cultivo.
Un segundo grupo de innovaciones se introdujo más tarde, ya en el siglo XIX y coincidiendo con el auge se la Revolución Industrial: nuevas máquinas (segadoras, trilladoras…), fertilizantes químicos, y la utilización de la tracción no animal.
La mayoría de estos nuevos métodos no se podían introducir con eficacia en los campos abiertos que fueron característicos en gran parte de Europa durante siglos. Los campos abiertos estaban compuestos por multitud de pequeñas parcelas dispersas. Esto no era en absoluto eficaz pero respondía, probablemente a, a un sentido primitivo de la justicia según la cual, al repartir las tierras entre los herederos, se procedía a un fraccionamiento para que cada uno tuviese una parte de las tierras buenas y también de las malas. En aquellos campos, pequeños y distanciados, era imposible introducir ningún tipo de maquinaria. Gran parte de las tierras eran, además, de aprovechamiento comunal.
En los siglos XVIII y XIX tuvo lugar un proceso de concentración de la propiedad y de cercado o cerramiento de los campos que provocó un mayor grado de eficacia y una mayor productividad de la agricultura. El campesino, desposeído de las tierras comunales y en muchas ocasiones obligado a vender sus propias tierras, se vio sometido a un proceso de proletarización. En Gran Bretaña fue especialmente temprano e intenso este movimiento de cercamiento de terrenos (enclosures), ya que el Parlamente dictó leyes y disposiciones a su favor.

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