HISTORIA ECONÓMICA DE LA EDAD MODERNA

Wednesday, January 17, 2007

INTRODUCCIÓN A LA INDUSTRIA EN LA EDAD MODERNA
A pesar del predominio agrícola, también existían otras actividades de tipo aresanal e industrial que, a partir del siglo XVI, se vieron fuertemente estimuladas por el desarrollo del comercio ultramarino.
Gremios y Domestic System
Durante la Época Moderna la familia campesina era la unidad de producción básica, y se encargaba tanto de trabajar la tierra como de elaborar los productos de consumo doméstico. De todas formas, en las ciudades existía, desde la Edad Media, una producción artesana controlada por los gremios (agrupaciones de artesanos que ejercían la misma profesión) su finalidad era, además de la existencia mutua de los asociados, el control de las técnicas, de la calidad, del volumen y de los precios de la producción, así como el número de maestros que podían ejercer el oficio.
El aumento progresivo de la demanda de productos a partir de los siglos XVI y XVII, estimuló a los comerciantes y a algunos artesanos a buscar nuevos sistemas de producción para escapar del control gremial, que dificultaba el aumento de la producción y no permitía un margen demasiado amplio de beneficios. Con este objetivo se empezó a extender el Domestic System, que consistía en dar trabajo a domicilio a las familias campesinas. Así, un artesano-comerciante distribuía la materia prima y facilitaba los instrumentos de trabajo para que los productos se elaborasen en los pequeños talleres instalados en la misma casa del campesino. Después el comerciante, uque normalmente pagaba por pieza elaborada, se encargaba de comercializar el producto en los mercados urbanos o coloniales.
Durante el siglo XVIII se difundió otro modelo de producción industrial: las manufacturas. Éstas eran establecimientos subvencionados, impulsados por el Estado (en la Europa continental), o de iniciativa privada (en Inglaterra), donde se elaboraban determinados artículos de lujo. También se fabricaban productos para venderlos en los mercados internacionales por medio del comercio colonial. Su novedad consistía básicamente en el hecho de que la manufactura concentraba a un número muy elevado de trabajadores a sueldo bajo un mismo techo. En este sentido las manufacturas constituyen un precedente de la fábrica, puntal de la industria moderna.

EL AÑO AGRÍCOLA
Sin lugar a dudas, el trabajo en el campo está ligado a las estaciones del año. Toda la economía agraria repite monótonamente, año a año, las mismas actividades. Es tal esta dependencia del tiempo, que la vida social se ve estructurada también por él (las fiestas).
Una relativa tranquilidad regía las tareas agrícolas desde enero a marzo, tranquilidad que se alteraba circunstancialmente por algún trabajo menor (preparación del terreno agrícola). Cuando empezaba de verdad el agotamiento era en abril y mayo, con el esquileo. Después, junio, julio y agosto de cosecha, septiembre de vendimia, octubre de siembra y noviembre y diciembre de matanza. Esta simple rutina, tan aparentemente sencilla, era durísima, como nos lo dicen miles de testimonios y corrobora la estacionalidad en las concepciones.
Y un año sí, otro no, malas cosechas, cuando no era por frío a destiempo lo era por el calor desmesurado, cuando no por sequía, por inundaciones, y si el clima no colaboraba con los destrozos, aparecía alguna oruga, o langosta, para encargarse de que prácticamente de ninguna manera sobraran excedentes. Por ello, no es de extrañar, que aún se sigan celebrando fiestas a San Antón (protector de los animales), o a San Gregorio contra los gusanos de las viñas. Tal era la indefensión contra esos males, que sólo podían salvar de ellos hábiles intercesores: los santos. Pero como ellos fallaran también el campesino recurría al cambio de un santo por otro, por sorteos, por elecciones... La vida agraria era en todos sus aspectos un profundo mundo, inquietante, en el que tal vez se supiera valorar desmesuradamente lo poco que se tenía, y se disfrutaba hasta la extenuación en los períodos festivos, que coinciden, naturalmente, con las épocas de descanso agrícola, cuanto de nacimiento de las nuevas generaciones de insectos, o de propagación de las epidemias. Ese sentido trágico de la existencia explica muchos comportamientos del hombre, y de sus creencias.